Conflicto y coexistencia entre humanos y vida silvestre




El conflicto entre humanos y fauna silvestre (HWC, por sus siglas en inglés) ocurre cuando los animales representan una amenaza directa y recurrente para los medios de vida o la seguridad de las personas, lo que suele derivar en la persecución de la especie implicada. A menudo, esto conlleva represalias contra la especie culpada, lo que genera disputas sobre las medidas que deben tomarse para resolver la situación.
Aunque este no es un fenómeno nuevo —las personas y la fauna han coexistido durante milenios—, es una situación que se ha vuelto mucho más frecuente, grave y extendida, constituyendo una preocupación global tanto para la conservación como para el desarrollo.
El HWC afecta a la mayoría de los grandes carnívoros, así como a muchos otros grupos de especies, incluidos, entre otros, elefantes, cerdos, ciervos, primates, tiburones, focas, aves rapaces, cocodrilos, rinocerontes y nutrias.
A menudo, HWC también afecta gravemente los medios de subsistencia, la seguridad y el bienestar de las personas a las que solicitamos apoyo para objetivos de conservación más amplios, y afecta a muchas naciones que intentan alinearse con los programas de conservación y desarrollo y beneficiarse de ellos.
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​El conflicto entre humanos y fauna silvestre también afecta gravemente los medios de vida, la seguridad y el bienestar de las personas a quienes generalmente pedimos apoyo para alcanzar objetivos de conservación más amplios, y afecta a muchas naciones que buscan alinearse con programas de conservación y desarrollo, y beneficiarse de ellos.
Abordar el tema representa grandes desafios alrededor del mundo, sobre todo porque los factores culturales, políticos y económicos que moldean los conflictos suelen ser muy complejos y poco comprendidos. En esencia, los conflictos entre humanos y fauna silvestre son conflictos entre partes interesadas y, quizás más acertadamente, podrían describirse como conflictos entre humanos. En ocasiones, también participan varios grupos que aportan una diversidad de intereses y necesidades.

En algunos casos, los éxitos en la recuperación de especies han dado lugar a nuevos conflictos entre humanos y vida silvestre, por ejemplo, cuando los carnívoros aumentan en número y expanden su área de distribución. Por lo tanto, las estrategias de conservación para especies propensas a conflictos deben considerar no solo los escenarios actuales sino también anticipar conflictos emergentes para garantizar una coexistencia sostenible. Otro desafío es que los métodos efectivos de control de daños (y de hecho el control de represalias) a menudo son difíciles de alcanzar. Incluso donde existen, a menudo no se implementan de manera sostenible desde el punto de vista social y financiero.
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Por lo tanto, los conflictos entre humanos y vida silvestre son fenómenos complejos que desafían los enfoques simples tanto de análisis como de resolución. En algunos casos, las personas toleran pérdidas severas causadas por la fauna silvestre, a pesar de vivir en condiciones de pobreza; mientras que en otros, quienes sufren pérdidas mínimas se niegan a aceptar la presencia de ciertas especies bajo cualquier circunstancia. Para complicar aún más la situación, esta variación extrema en los niveles de tolerancia no puede explicarse fácilmente mediante factores como el nivel educativo, los ingresos, la propiedad de la tierra, la especie implicada u otras características medibles evidentes.

Numerosas investigaciones y la experiencia colectiva a nivel mundial han demostrado que cada caso de conflicto es distinto, lo que dificulta la formulación de soluciones que puedan transferirse fácilmente de un contexto a otro. Por ello, los enfoques interdisciplinarios son fundamentales para comprender la naturaleza específica de cada conflicto, identificar lo que se necesita para mitigarlo y garantizar el acceso a las capacidades y recursos necesarios.
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A medida que los países enfrentan cada vez más este desafío multifacético, el conflicto entre humanos y vida silvestre comienza a reflejarse en políticas y estrategias nacionales relacionadas con la biodiversidad, el desarrollo y la reducción de la pobreza. Casi todos los países del mundo enfrentan alguna forma de conflicto entre humanos y vida silvestre, y los países en desarrollo con alta biodiversidad suelen ser los que enfrentan mayores dificultades frente a esta problemática.
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Los esfuerzos por abordar los problemas evidentes sin considerar plenamente los conflictos sociopolíticos subyacentes que alimentan la situación, a menudo resultan en soluciones temporales o, peor aún, en el agravamiento de tensiones preexistentes. Por ello, se requieren acciones de conservación coordinadas y colaborativas para lograr resultados significativos y permitir que las comunidades transicionen del conflicto hacia la coexistencia con la vida silvestre.
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La coexistencia entre humanos y vida silvestre es tan compleja y específica según el contexto como lo es el conflicto. En su forma más básica, el objetivo de la coexistencia implica que, en algún grado y de alguna manera, las personas deben elegir compartir los paisajes y los recursos naturales con la fauna de forma sostenible. Si el conflicto entre humanos y vida silvestre se basa en desacuerdos entre partes interesadas en torno a la vida silvestre, entonces lograr la coexistencia requiere, idealmente, llegar a acuerdos o al menos fomentar la cooperación entre esas partes sobre cómo gestionar la situación. El concepto de coexistencia está emergiendo en la ciencia de la conservación como una idea central, con una rica diversidad de enfoques en desarrollo, y puede movilizarse mejor como un concepto flexible que promueva la colaboración entre disciplinas de investigación diversas para su consolidación.
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Con este propósito, hemos publicado una Declaración de Posición sobre la Gestión del Conflicto entre Humanos y Fauna Silvestre. En ella, se exhorta a gobiernos, ONG, investigadores, conservacionistas, líderes comunitarios, agencias ambientales y otros actores a asegurar que los esfuerzos de gestión de estos conflictos se lleven a cabo mediante procesos bien informados, holísticos y colaborativos, que consideren los contextos sociales, culturales y económicos subyacentes. También hemos publicado documentos informativos sobre el conflicto y la coexistencia entre humanos y vida silvestre. Puedes consultar estas publicaciones en nuestra página de políticas y documentos informativos.